Entrevista con Rebeca Medina, coordinadora de intimidad certificada

Entrevista con Rebeca Medina, coordinadora de intimidad certificada

Entrevista con Rebeca Medina, coordinadora de intimidad certificada

Rebeca Medina es Coordinadora de Intimidad Certificada por (IPA) Intimacy Professionals Association formación acreditada por SAG-AFTRA de acuerdo a los más altos estándares de la industria del cine y televisión. Una profesión aún poco conocida, pero de importancia fundamental.

Eres coordinadora de intimidad certificada, un oficio muy poco conocido pero importante. ¿Puedes presentarlo en algunas palabras?

RM: Básicamente el trabajo de un coordinador de intimidad (CI) es crear un entorno de trabajo seguro en el set para los intérpretes que están involucrados en el rodaje de escenas que implican desnudo, sexo simulado y otros tipos de contenido íntimo, al tiempo que ayudamos a la dirección en la realización de su visión creativa de este tipo de escenas.

Somos un jefe de departamento, lo mismo que lo es un coordinador de acción, y estamos ahí para ayudar a materializar la visión creativa de los directores mientras aseguramos que el consentimiento y los límites de los artistas son respetados. No queremos que nadie salga dañado ni física, ni emocionalmente.

Además, abrimos una línea de comunicación entre intérpretes para que puedan hablar directamente entre ellos, después de proporcionarles toda la información acerca de sus límites. Así nos aseguramos que estamos todos en sintonía antes de ir a ensayar o rodar.

Ejercemos de enlace entre todos los departamentos involucrados en las escenas íntimas, producción, dirección, vestuario, maquillaje, peluquería, arte… Poseemos conocimientos sobre asuntos legales, pudiendo así generar documentos específicos que son necesarios para este tipo de escenas. También estamos ahí para que se cumplan apropiadamente protocolos como: el de set cerrado, el uso de prendas de modestia y barreras físicas, regulaciones sindicales, etc.

¿Cómo llegaste a ser coordinadora de intimidad (CI)?

Llevo muchos años trabajando como coach actoral y en ocasiones he ayudado a intérpretes y directores en el trabajo de escenas íntimas antes de que este rol surgiera de manera tan específica. El estar especializada en el trabajo con intérpretes menores, jóvenes y noveles me favoreció bastante. Cuando trabajas con niños no sólo es importante que realicen una buena interpretación sino crear un entorno seguro tanto delante como detrás de las cámaras, protegiéndoles de cualquier situación que pueda resultar abusiva.

La oportunidad me llegó cuando estaba trabajando como acting coach para la serie “Now and Then”, primera producción española para Apple TV+. Fue a comienzos del año 2021 y acabábamos de salir del confinamiento. Resultaba muy complicado viajar entre EEUU y España y la serie contaba con intérpretes que pertenecían al sindicato SAG AFTRA, lo cual exigía que, al menos, estos intérpretes debían de tener un CI durante el proceso de preproducción y rodaje de sus escenas de desnudo y sexo simulado. Surgió, entonces, la necesidad de contratar a una CI y en España todavía no había ninguna. La productora me propuso como candidata a Apple TV+, los cuales tras evaluar mi trayectoria laboral consideraron que era la persona ideal para desempeñar esta labor. Me formaron en algunos aspectos específicos que eran necesarios para ejercer este puesto. En cuanto terminé la serie contacté con Amanda Blumenthal para comenzar mi certificación con IPA (International Professionals Association), uno de los únicos siete programas de formación que están acreditados por el sindicato americano SAG AFTRA, y el resto ya es historia.

Has recibido formación por parte de la fundadora de IPA, Amanda Blumenthal, que trabaja para la serie Euphoria para HBO ¿Cuál es la diferencia entre la visión americana y el mercado español?

La esencia de nuestro trabajo es la misma en todo el mundo, pero sí que existe un sesgo cultural dependiendo de donde se implante esta figura. Debido a esto se nos exige tener unas competencias personales basadas en la conciencia y comprensión de otras culturas en un entorno global y diverso. Es muy importante que las CI seamos personas que nos adaptamos a otras culturas y comprendamos sentimientos, percepciones y experiencias.

Una diferencia entre E.E.U.U y España sería que en E.E.U.U, después del caso Harvey Weinstein y el auge del movimiento #MeToo, el sindicato SAG AFTRA publicó las primeras normas y protocolos del sector para el uso de coordinadores de intimidad, dando como resultado la sistematización de la contratación de los CI en las escenas de desnudo y/o sexo simulado. En España todavía es un reto que algunos directores y productores comprendan la necesidad de nuestra labor. Quizás esto se deba a que al haber surgido allí nuestra figura, pueden asociarla al puritanismo americano y esto les provoca cierta inquietud ya que nuestra cultura cinematográfica y el modo en el que se ha tratado el desnudo y el sexo en nuestro sector audiovisual es bastante diferente a la industria mainstream americana.

Por suerte, las cosas están cambiando y a día de hoy, en España, cada vez más productoras contratan el servicio de CI. Entre otras cosas, porque de esta manera la productora y la dirección no sólo demuestran que se toman enserio su deber de cuidar de su equipo, sino que también reducen el riesgo de posibles demandas o malos entendidos entre artistas y producción.

Has coordinado más de 250 escenas de intimidad en producciones nacionales e internacionales. ¿Cómo haces para crear un ambiente de confianza entre los actores y actrices en las diferentes escenas?

La comunicación es la piedra angular, junto con la empatía y escucha activa. Es muy importante sintonizar con las necesidades de la persona que tenemos enfrente y que tiene que rodar este tipo de escenas donde se encuentra en un lugar de vulnerabilidad único al realizar un trabajo en el que se ven hiper expuestos, tanto física como emocionalmente.

Hablar con el director para que nos cuente cómo tiene pensado rodar la escena para luego transmitirlo al intérprete y a partir de ahí crear un espacio neutral donde esa persona se sienta libre para expresar sus preocupaciones, límites y necesidades, sin la presión que puede suponer hablar de estas cosas directamente con el equipo de producción o directores.

También existe un espacio de total confidencialidad donde los intérpretes, si lo desean, pueden compartirme el por qué deciden hacer o no hacer ciertas cosas. Esa información queda entre ellos y yo, si así lo expresan. Se trata de un compromiso ético que respeta su derecho a no compartir facetas personales y de su vida íntima.

Mi objetivo es encontrar ese lugar donde todos los integrantes que están involucrados en este tipo de escenas de intimidad, se sientan satisfechos, respetados y seguros.

Trabajaste para grandes productoras como Netflix o Bambú producciones, ¿cómo se logra trabajar con ellos?

En mi caso la productora Bambú contó conmigo para desempeñar la labor de coach actoral de los intérpretes menores de edad en la serie “Jaguar” para Netflix. Comencé a trabajar con ellos en la película “Malasaña 32” y desde entonces para mi trabajar con Bambú es como trabajar en “casa”. Además, en España, han sido pioneros en la contratación de la coordinación de intimidad y los que me dieron la oportunidad de desarrollarme en este campo. A partir de ahí, me llamaron de otras productoras para trabajar como CI en series como “Vampire Academy” (Universal Studios/ Peacock), “Now and Then” (AppleTV+), “Nacho” (Lionsgate+ y ATRESplayerPREMIUM), “Land of Women” (APPLETV+), etc..

Recientemente, has trabajado para la nueva serie “Nacho” que va a estrenarse en marzo y qué cuenta la vida de Nacho Vidal, actor y director de pornografía española. ¿Cómo te fue el rodaje?

¡Apasionante! Imagínate, rodamos más de 150 secuencias de desnudo, sexo simulado, violencia sexual y otro contenido íntimo. Fue muchísimo trabajo, no sólo con los intérpretes principales, sino coordinando muchísima figuración especial que también estaba expuesta a desnudos o acciones de sexo simulado. Contamos con intérpretes de cine porno, ya que en determinadas ocasiones facilitaban el trabajo que se debía hacer. Es importante dejar claro que en la serie no se hace porno. Ninguna escena sexual está ocurriendo de verdad. Desde la etapa de preproducción, se hizo un estudio muy potente para entender las reglas del juego del porno y las distintas prácticas de BDSM. Se prestó especial atención a tratar las escenas de sexo simulado marcando los distintos matices de la representación del sexo, ya fuera sexo en ámbito privado, sexo público o sexo “por contrato”.

Empleamos cientos y cientos de prendas de modestia. Para las escenas de desnudo, las personas con pene llevaban una bolsa genital que yo misma diseñé y que el maravilloso departamento de vestuario se encargó de reproducir para que cada intérprete tuviera el suyo y no fuera utilizado por nadie más. En las escenas de sexo simulado, a esta bolsa genital le introducíamos una protección física para evitar el roce genital con genital. Para las personas con vulva, utilizamos unos tangas de color carne sin tiras a los lados a los que también podíamos añadir una barrera física para garantizar la total seguridad y mucha muchísima K-tape.

Trabajé junto a tres directores muy diferentes y con cada uno de ellos fue una experiencia distinta de la que me llevo muchísimo aprendizaje y satisfacción. Acompañar en el proceso a los intérpretes también es algo singular, ya que cada persona es única y genuina, y hay que tener una gran capacidad de flexibilidad y adaptación a las diferentes necesidades y maneras de trabajar de cada uno. Sin duda, con esta serie me he “doctorado” en el campo de la coordinación de intimidad.

Para ti, ¿qué aporta esta nueva profesión a la industria cinematográfica?

Pues el tener una CI en una producción aporta grandes beneficios. Por ejemplo: hacemos que el rodaje sea más eficaz y ahorramos mucho tiempo/dinero al llevar de antemano un plan de cómo se va a rodar la escena, haciendo que los intérpretes se sientan preparados y estén más relajados y disponibles.

Ayudamos a evitar posibles demandas, ya que cuanta más claridad haya en el proceso la probabilidad de demandar a la producción es muchísimo menor. Protegemos la seguridad psicológica, emocional y física de los intérpretes. Mitigamos las posibles dinámicas de poder que pueden surgir entre directores y productores con el reparto. Lo que no quita que a veces el intérprete puede preferir hablar por sí mismo con dirección y producción, sin necesidad de mediación por nuestra parte y por supuesto esto se respeta si le pude ayudar a sentirse más cómodo en un determinado momento. También ayudamos al artista a conseguir una mejor actuación, ya que cuanto más relajados y a gusto se sientan los intérpretes, mejor será su interpretación de la escena.

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