Entrevista a Alfredo Rodríguez, dramaturgo y director de teatro

Entrevista a Alfredo Rodríguez, dramaturgo y director de teatro

Entrevista a Alfredo Rodríguez, dramaturgo y director de teatro

Hola Alfredo, ¿Podrías contarnos quién eres y a qué te dedicas?

Soy venezolano, nací en 1980; ya tengo 8 años viviendo en Madrid. Hasta ahora cuento con diez años de experiencia en el sector de las artes escénicas; en cuanto a las terapias deportivas, los estudios los he iniciado aquí en España. Empecé como actor y ahora ya tengo 5 proyectos estrenados como dramaturgo y director, descubriendo en ello una pasión con la cual he ganado en experiencias y resultados muy significativos para mí. Sin embargo, soy sociólogo, era a lo que me dedicaba en Venezuela. Como verás son muchos los cambios por los que he pasado, pero de eso se trata en asumir riesgos.

 

Comenzaste como actor y ahora eres director teatral, ¿es algo que siempre has querido hacer o surgió en el camino?

Realmente surgió en el camino, al llegar a España continué mis estudios de interpretación y pude adquirir nuevas formas de hacer teatro que aún en Latinoamérica, o al menos en cuanto a las experiencias que he vivido, no se ven todavía. Por ejemplo: los retos que algunos proyectos plantean en quitar la etiqueta de “público” y hacer que cada asistente se haga parte de la historia, llegando al punto de pensar en la posibilidad de sentirse un personaje más. En ese sentido intento que cada uno de mis proyectos conviertan la historia en una verdadera experiencia para el espectador, haciéndolo parte de lo que se está contando. Por ello siempre apuesto por un tipo de teatro arriesgado y rompedor, sobre todo en cuanto a la propuesta de escena.

Intento llegar a cada uno de los cinco sentidos o canales de recepción de cada asistente; asumo siempre la responsabilidad de crear un tipo de experiencia que llegue a ese pequeño mundo privado de cada cual y sea digerido de la manera más personal posible. Es una de las formas para lograr que tu proyecto sea recordado, bien valorado y recomendado; por supuesto, además de la calidad del trabajo actoral y técnico.

 

Tus orígenes están en Venezuela, ¿qué es lo que te trajo a España?

Eso sería un tema que seguramente nos obligaría a otro tipo de entrevista. Pero en resumen, estoy aquí no por decisión propia; sin embargo, España fue siempre mi primera opción para realizar estudios en el extranjero. La crisis general que vivimos en mi país me obligó repentinamente a cambiar de vida; es decir, en Venezuela para que tu núcleo familiar más cercano esté medianamente bien al menos uno de sus miembros debe estar fuera. El dinero, la comida y medicinas que enviamos mensualmente es lo único que ayuda a sostener en condiciones mínimas estables a tus familiares; por ello estoy aquí.

 

Ahora tienes tu propia sala teatral en Madrid, T-LAB Espacio Experimental Artístico junto con Cristina Martínez (co-fundadora), en la que además de presentar obras se imparten cursos y talleres, ¿fue complicado abrirse un hueco en la escena teatral madrileña?

Sí, definitivamente es muy complicado. No se paga con dinero el esfuerzo y las horas de trabajo que dedicas a un proyecto así; y lo hacemos porque esto nos apasiona muchísimo a ambos y no queremos dejarlo morir. Pero es que justamente todo lo que una experiencia así tiene en contra es lo que la hace más atractiva; al menos para nosotros.

Una sala de teatro o espacio artístico, como se le quiera llamar, es más que cuatro paredes con luces, sonidos y sillas; el tener tu propio espacio para mostrar tu manera de pensar, tu arte, tus logros y aprender de tus fracasos es lo que nos motiva a no parar. Además, nuestro lema e intención siempre ha sido darle la oportunidad a todo aquel que está recién egresado de las escuelas de interpretación, pues sabemos, por experiencia propia, que este primer paso resulta muy difícil en otras salas ya que o te dan un horario extremadamente complicado para la convocatoria o las condiciones de trabajo son muy precarias económicas y técnicamente.

En ese sentido, siempre damos prioridad a los nuevos talentos al ofrecerles horarios prime y un trato especial para que sólo estén pendientes de su estreno y no de detalles técnicos. También leemos, analizamos y aprobamos al detalle cada proyecto que recibimos, pues queremos promover un tipo de teatro rompedor en cuanto a nuevos lenguajes escénicos en contenido y forma. Además, al público también le tratamos con un cuidado muy especial. Con todo ello estamos ganando poco a poco una cantidad importante de seguidores que nos apoyan al promocionar o disfrutar de nuestra programación. Hasta la fecha ya hemos recibido a más de 6.000 espectadores y mostrado los proyectos de más de 25 grupos teatrales, en un espacio de 30 mts2.

También, nuestro espacio ha dado la oportunidad a otros tipos de actividades como talleres, cursos, seminarios, reuniones y clases/experiencias grupales; todo ello es lo que nos permite la sostenibilidad económica necesaria para llevar adelante este proyecto.

Nuestro modelo de negocio se basa en siempre trabajar con el dinero que la propia sala nos da, ella misma actúa como proveedora de su propio sostén. No nos interesa pedir al estado, ni vivir de subvenciones, etc. siempre trabajamos con nuestros propio dinero e intentando que las ganancias sean siempre reinvertidas en el espacio. Todo ello nos lo podemos permitir ya que tanto Cristina como yo contamos con otros ingresos propios, nos impulsa la misma motivación.

Es así como en el tiempo de casi dos años que tenemos en funcionamiento poco a poco nos vamos haciendo un nombre y generando tribu. ¡Ah, por cierto! T-LAB significa (T de Teatro, Talleres, Terapia y buen Trato), por ello nuestra maravillosa “T”.

 

¿Tienes alguna obra en tu trayectoria que recuerdes con más cariño?

Si, sin duda. Se llama “Argonautas”, es a quien le tengo especial cariño. En el casting de este proyecto fue donde conocí a Cristina y desde entonces estamos liándola juntos. Además, el guión se basa en esas mentiras necesarias que nos decimos en una llamada telefónica todos los que tuvimos que irnos de nuestro país y quienes se quedaron, en las despedidas adelantadas y obligadas a las que hemos sido sometidos, a las historias a medias, al sentimiento escondido para no dañar.

 

¿Qué es lo más positivo y negativo de tu trabajo?

Lo positivo: toda la experiencia vivida en esta hazaña. La cantidad enorme de gente que conoces, todos los lazos profesionales y de amistad que puedes ganar y la libertad para contar historias y cambiar realidades.

Lo negativo: el agotamiento que produce socializar, hablar, tener cara alegre cuando no te sientes bien, que en ocasiones la sinceridad es contraproducente y tienes que callar; pero dentro de todo es un ejercicio personal que amerita mucha paciencia y la misma experiencia te ayuda y enseña.

 

Tienes formación también en terapias manuales y deportivas, ¿cómo vinculas este componente físico en el trabajo de los actores?

Es mi otra pasión y oficio, y de tanto pensar en ello hemos logrado descubrir que entre ambos proyectos si hay un punto en común: el cuerpo. Por ellos la filosofía de T-LAB radica en no sólo ofrecer un espacio de teatro y talleres, sino también en poner mis tratamientos deportivos al servicio de todos; esto implica estudiar cada caso y aclarar las dudas sobre cómo ensayar y estrenar, compaginando correctamente el uso de la voz, movimientos físicos y psicología del personaje o performance. Conocemos a fondo sobre los métodos corporales que tiene el actor para el desarrollo del personaje; nuestro propósito también es llevarlos al punto en el que puedan trabajar con un cuerpo verdaderamente libre de tensiones y con la seguridad de hacer todo lo correcto para mitigar los factores de riesgos.

Por ello ofrecemos nuestros programas de formación express a cada compañía teatral, totalmente gratuitos, y así cada cual pueda sacar un mejor rendimiento. Son programas de evaluación de la anatomía corporal del actor que permitirán generar un diagnóstico diferenciado de riesgos de lesiones extrínsecas e intrínsecas que alteren la postura y, en consecuencia, la proyección de la voz y la puesta en escena. Luego, con el resultado, poder diseñar la mejor manera de prevenirlas. Estos son nuestros programas:

Técnicas de exploración de postura corporal en fase dinámica y estática
Tratamiento del dolor o lesión
Exploración de libertad funcional y articular del aparato fonador
Técnicas de entrenamiento del cuerpo escénico
Factores de riesgos de lesiones

 

Por último, ¿cuál sería tu consejo para las personas a las que les gustaría dedicarse a la dramaturgia?

Más que consejo, sólo me atrevo a sugerir que no dejen las ideas en el cajón; sacarlas, probar, comentarlas, replantearlas y pensar siempre en alianzas. Ir en la búsqueda de personas que aporten y animen a tomar decisiones, no dejaros llevar por el miedo al riesgo, asumirlo y disfrutarlo que de las experiencias malas y buenas siempre se pueden sacar nuevas oportunidades. Aquí estamos Cristina y yo para ofreceros una mano de apoyo.

 

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