Beatles psicodélicos: disfraz, sitar y LSD

De 7/10/13

Música

Beatles psicodélicos: disfraz, sitar y LSD

Beatles psicodélicos: disfraz, sitar y LSD

No discutiremos aquí los peligros de las drogas ilegales, pero tendremos que reconocer que el contacto con el LSD coincidió con el mejor momento creativo de los Beatles, cuando dieron al mundo dos obras maestras como Revolver (1966) y Sgt. Pepper's Lonely Heart Club Band (1967). Fue John Rilley, el dentista de George Harrison, quien dio a probar esa droga en el café a los cuatro Beatles tras una cena en su casa en 1964; repitieron la experiencia un año después con Peter Fonda y miembros de los Byrds en Los Ángeles. Los de Liverpool paraban en una California en que se gestaba la contracultura hippy dos años antes de que explotara, en 1967, el llamado verano del amor y Occidente se llenara de pelos largos, flores en el pelo y buenrollismo.

Las canciones (y letras) de ese periodo se inspiraron en los viajes lisérgicos, en las alucinaciones y en la sensación de salir de uno mismo. Completó la ecuación el contacto con la música india, que aportó exotismo y cierta magia. Aunque Harrison vio por primera vez una banda india mientras rodaba Help!, fueron (otra vez) The Byrds los que dieron a conocer al tercer Beatle la música de un maestro del sitar, Ravi Shankar. Fascinado, George compró el instrumento y se citó con él en Londres. Shankar apenas le enseñó los rudimentos para hacer sonar esa especie de guitarra con dos decenas de cuerdas, pero George se atrevió a meterlo en el estudio de grabación.

Los Beatles estaban en lo más alto con sus discos, y retirados del directo, cuando falleció repentinamente su manager, Brian Epsten, en agosto de 1967. Son tiempos de desconcierto. En febrero de 1968 marcharon con parejas, colegas y amigos a las faldas del Himalaya, en India, de la mano de un estrafalario santón llamado Maharasi Mahesh Yogi que les iniciaría en la meditación. La experiencia acabó mal: Ringo y Paul duraron poco; y el resto aguantó hasta abril, pero dio un portazo. Hay distintas versiones de esa ruptura: una, que el gurú quería hacer dinero a su costa y que se le iba la mano en presencia de Mia Farrow; la otra, que fue el Yogi quien los expulsó por atraer a fans y prensa y por consumir drogas en un santuario. En todo caso el viaje fracasó en lo espiritual -salvo para Harrison, el místico-, pero fue fecundo en lo musical, porque se trajeron un carro de canciones que luego formarían el álbum blanco

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